Van Dyke Parks

Nacido hace 71 años, este estadounidense cuenta con un currículo tan impresionante que sus muescas iniciales, cuando aún intentaba sacar la cabeza, ya quitan el hipo: en su primera banda como líder estaba un jovencísimio Stephen Stills, luego tocó el Hammond B-3 en el “Fifth Dimension” de The Byrds, teclados para Judy Collins, hizo arreglos para Tim Buckley... Y solo estaba empezando. En 1966 se alió con Brian Wilson y el resultado fue “SMiLE”, el álbum perdido (hasta 2004, cuando se publicó) del líder de The Beach Boys. Parks se encargó de las letras y de buena parte del aura que lo envolvía. Tras las abortadas sesiones de “SMiLE” llegó su debut en solitario, “Song Cycle” (1968), audaz trabajo que abrazaba todos los campos de cultivo de la música popular estadounidense, sin que nada escapase a su sobresaliente radar, de Broadway al bluegrass. Con aspiraciones clásicas a lo Randy Newman (con el que comparte muchas analogías y quien, por cierto, firma el priimer tema de ese disco, “Viine Street”). Ahí estaba la esencia de su modus operandi, esa colisión entre estilos pasados, los de la época de Stephen Foster, y la sensibilidad del presente que le toca vivir. Acaba de reeditarse y en Pitchfork ayer le pusieron un 9, “best new reissue”. Vigencia total.Parks fue pariendo más discos, pero muy espaciadamente -”Discover America” (1972), una inmersión en los sonidos de Trinidad; “Jump!” (1984); “Tokyo Rose” (1989), sobre las relaciones entre Japón y USA...-, mientras su día a día laboral transcurría musicando bandas sonoras, series televisivas y aceptando continuamente invitaciones para colaborar con este o con aquella. De manera que en las últimas décadas ha participado -como arreglista, músico o al mando de la nave-, en trabajos de, entre otros, Randy Newman, Harry Nilsson, Keith Moon, Carly Simon, Little Feat, Ringo Starr, T-Bone Burnett, Frank Black, The Beau Brummels, The Manhattan Transfer, Rufus Wainwright... Ya paramos, porque hay unos cuantos más y falta espacio. Cuando en 2010 actuó en el Primavera Sound sedujo con su clase atemporal, de genio de otra época que sigue descifrando la presente. La crítica lo captó (número 8 en la lista de mejores conciertos de ese año de 'Rockdelux') y el público, rendido a su talento, también. Su último trabajo, hasta la flamante reedición de “Song Cycle” comentada en el párrafo anterior, es la recopilación “Arrangements Vol. 1”, aparecida en septiembre de 2011.